Energía renovable e industria, una combinación con mucho potencial

Hasta la fecha, la opción del autoconsumo ha sido limitada. Pero ya es cosa del pasado, las medidas para impulsar el autoconsumo junto con la bajada de precio de las renovables ofrecen una rentabilidad segura con beneficios tanto económicos como ambientales. Las recientes políticas para acelerar la transición energética favorecen la implantación de las renovables facilitando el proceso de legalización y ofreciendo ayudas económicas. Estas nuevas medidas abren nuevas posibilidades a las energías renovables en particular en las aplicaciones industriales.

El sector industrial se caracteriza por sus altas exigencias energéticas por lo que el coste energético es un factor determinante. Este puede llegar a ascender hasta un 30% de los costes totales dependiendo del tipo de industria del que se trate. El gasto eléctrico es un factor a considerar que afecta directamente a la competitividad de la empresa viéndose reflejado en el precio final al consumidor.

Las instalaciones de autoconsumo han demostrado su potencial empezando a ahorrar desde el primer momento, ya que nada más conectar la instalación a la red estamos evitando la compra de energía.

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Beneficios que presenta el sector

Para una correcta amortización, es primordial calcular la instalación idónea y el tipo de autoconsumo necesario. El autoconsumo industrial es conveniente que esté conectado a la red para en caso de requerir más potencia tener la posibilidad de pedir a la red. La red aportará la energía necesaria para completar la demanda de la fábrica. Si en el algún momento la generación fotovoltaica supera al consumo, el excedente se verterá a la red, el cual podrá estar compensado económicamente dependiendo del modelo de instalación elegido.

La energía fotovoltaica cuenta con características especialmente beneficiosas para el sector industrial. Al depender de la irradiación solar, la máxima producción de la instalación se produce durante el día coincidiendo con el horario de actividad de la gran mayoría de las fábricas. Esto permite aprovechar el pico de producción de energía maximizando el rendimiento de la instalación y por lo tanto consiguiendo un ahorro óptimo de los costes energéticos.

Por lo general, las industrias suelen disponer de espacio suficiente para la instalación de paneles. Disponen de superficies amplias y libres de sombras facilitando la instalación y la óptima orientación de los paneles a diferencia de cubiertas de teja donde la orientación e inclinación está definida por el tejado.

Además, las instalaciones fotovoltaicas pueden ser escalables lo que permite ampliar el ratio de energía autoconsumida en cualquier momento aprovechando la instalación inicial y sin tener que realizar una transformación completa.

Las ventajas que presenta el modelo de consumo hacen que el periodo de retorno de la inversión se vea reducido haciendo a la energía fotovoltaica una opción atractiva para toda industria. La reducción de costes mejora la productividad de la empresa consiguiendo una mayor competitividad con un consumo energético más eficiente.

Futuro sostenible

La transición hacía una industria sostenible es una tendencia imparable que afecta a todos los sectores. Debido a los beneficios socioeconómicos que presenta el autoconsumo, miles de empresas se replantean introducirlo en su modelo negocio y empezar ahorrar mientras consumen energía limpia, barata e inteligente.